El estilo se lleva por dentro, de eso no cabe duda. Y a
pesar de que siempre haya monas que ni aunque se vistan de seda, la mayoría
deseamos mirarnos en el espejo y encontrarnos con un reflejo a la moda. Una
tarea nada fácil en los tiempos que corren... ¿o sí?
Precisamente ahora que no hay dinero para lujos, surgen más
y más formas de seguir las tendencias sin dejarse el sueldo en el intento.