El repostero es una pieza que refuerza la identidad de
una persona, empresa o institución con la distinción y majestuosidad que sólo
pueden proporcionar materiales tan ricos y nobles como la seda, el raso, el
terciopelo o los tisúes de oro y plata. Estos tejidos están fabricados con la
técnica del “opus consutum” o bordado de aplicación, y suelen representar
motivos heráldicos. Las familias nobles han usado también estas piezas. Hoy en
día son habituales los encargos para domicilios particulares. En la actualidad
hay un numeroso grupo de artesanos y estudiantes que hacen posible la
continuación de estos oficios. Para ello la Fundación Real
Fábrica de Tapices, con el fin de cumplir su objetivo de facilitar la
enseñanza de los oficios relacionados con el tejido y la restauración textil
creó en diciembre de 1998 su primera Escuela-Taller continuando con sucesivas
escuelas.
La
Fábrica de Santa Bárbara,
que más tarde se conocería como Real Fábrica de Tapices. A lo
largo de su historia, la regia manufactura ha sido un centro de fabricación de
tapices, alfombras de nudo y “reposteros” (bordados de aplicación), pero casi
desde sus inicios también asumió una importante responsabilidad en la
conservación de las tapicerías de los Reales Sitios. Series tan representativas
de la Edad de
Oro de Bruselas como Los Honores o El Apocalipsis, pasaron por sus talleres ya
en fechas tempranas del siglo XVIII para ser restauradas. Más información y visitas en http://www.realfabricadetapices.com/