Me gusta hablar de innovación y más cuando ésta no pasa por
tener un departamento de I+D, sino de cuestionarse los esquemas de un sector
tradicional y buscar modos de cambiarlos. Y estaréis de acuerdo conmigo en que
uno de los sectores más tradicionales que existen es el de la artesanía. Tan
tradicional, que hay quien cree que está muerto, que no tiene futuro (algo que
me han dicho a menudo personas que estaban en ese negocio).
Me sorprende la afirmación porque yo soy de las que opino
todo lo contrario. En un mundo dominado por los avances de la tecnología, las
cosas de siempre ganan más peso que nunca. Son dos tendencias que coexisten sin
interferirse. Otra cosa es que uno se empeñe en seguir haciendo las mismas
cosas de la misma forma. Y no me refiero al producto en sí (el artesanal, que
es el que tiene valor en sí y el que no se debe cambiar, o se debe cambiar
poco) sino en la forma de comercializarlo. Leer más >>