El arte, la filosofía y la cultura popular han buscado el ideal de belleza
desde Platón, el primero en exponer que discriminamos personas, otros seres
u objetos en función de un prototipo o modelo ideales.
El ideal platónico se comporta como un lenguaje de patrones.
Todos albergamos en nuestra mente un ideal de belleza para personas, objetos,
ideas, instituciones, que ha sido influido por lo observado, las convenciones y
tabúes sociales, o el propio raciocinio
del individuo.
El canon de belleza, lo que consideramos atractivo o deseable a partir del análisis racional, cambia con la historia y las culturas.